HE VISTO AL ESPÍRITU DE MI TÍO. Laura, 57 años, Barcelona

Fotografía tomada en 1910.
La mayoría de fantasmas son percibidos como el de esta imagen, 
aunque también puede verse tan reales y tangibles como usted y yo, 
como en el caso del presente post.
Hola Laura, 

Debes tener presente que todo lo que percibimos lo captan nuestros sentidos (vista, oído, tacto, olfato, gusto, propiocepción y extrasensorial), pero que quién interpreta lo que percibimos es el cerebro.

La interpretación de la percepción de la realidad está teñida por las creencias. Por eso en las videncias (visiones, OBEs,...)lo percibido se adapta a nuestras creencias, lo cual no invalida la existencia autónoma de las fuerzas-energías experimentadas.

Y también debes discernir entre las diversas percepciones inusuales:
- las psíquicas
- las espirituales
- y las alucinaciones psicóticas. 

Suponiendo que todo eso lo tienes claro, te contesto la pregunta. 

Dices haber experimentado viajes astrales durante muchos años, así como otras experiencias espirituales. Y ahora dices haber visto a un fantasma.

Dices que el domingo 22 de enero de 2012, sobre las 10 horas de la noche, estabas sentada con la columna recta (alineada), sin apoyarla en el respaldo del sillón. Estabas en penumbra, pues en la habitación sólo había una vela de té (de esas pequeñitas y aplanadas que vienen en un recipiente de aluminio). 

Dices que antes de ver al fantasma hiciste lo siguiente:
- Sentada, en voz alta leíste la Llama Violeta
- Sentada, en voz alta leíste la Gran Invocación a los Seres de Luz (la que aparece en el libro "Todos los corazones son Uno")
- Y luego, continuaste sentada escuchando el audio de "La Gran Acción de Gracias" (este audio a día de hoy todavía no se ha hecho público). 

Dices que mientras escuchabas la "Gran Acción de Gracias" apareció detrás tuyo el fantasma de tu tío y luego se te puso delante.

Dices que nunca habías visto a ningún ser desencarnado (incorpóreo), estando despierta, en estado de vigilia. Únicamente habías experimentado manifestaciones no visuales: golpes, sensación de que alguien se sentaba en tu cama,...; así como viajes astrales.

Volviendo al fantasma de tu tío, dices que tenía poco pelo, que llevaba una barba de unos días, que vestía un jersey,... y que no te hizo nada, simplemente te miró.

Dices que lo estuviste observando durante unos 15 minutos, que te transmitía mucha paz y que no le hiciste ninguna pregunta.

Dices que al verlo tan real, tan sólido, te levantaste del sillón, para comprobar si era tangible. Le tocaste la cintura con tus dos manos y atravesaste su cuerpo. Lo intentaste abrazar, pero te acabaste abrazando a ti misma. Tu tío apareció como una imagen holográfica tridimensional y se movía como una persona viva.

Dices que al final (transcurridos unos 15 minutos) le trazaste una cruz en la cabeza y en el pecho y le dijiste: "Yo Soy la Presencia Todopoderosa y Milagrosa actuando en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo". Y que acto seguido, se giró y se fue caminando, atravesando la puerta, y que al atravesar la puerta oíste un ruido semejante al de una ráfaga de viento. 

Dices que después de que tu tío se marchara continuaste en el cuarto de meditación durante más de una hora.

Dices que esa experiencia, la de ver al fantasma de tu tío, te ha producido paz, pero que después, al pensar sobre ello, te empezaste a preocupar, pues tú no quieres contactar con espíritus. 

También te preocupa el hecho de que al haber conectado con un espíritu del bajo astral, puedas estar menos evolucionada (que antes cuando conectabas con seres de Luz, en tus viajes astrales). 

Bueno, en principio, puedes hacer lo siguiente:

- Si no quieres que se repita esa videncia, no reproduzcas todo lo que has hecho antes de experimentarla. Durante unos días no leas decretos ni invocaciones ni escuches el audio de "La Gran Acción de Gracias". 

Esta claro que tu estado de relajación combinado con la lectura y audición de esas oraciones tan potentes ha contribuido a cambiar significativamente tu frecuencia vibratoria. 

Lo más importante es que cuando estés en el cuarto de meditación no te quedes únicamente con una vela de té, deja encendida una luz. Cuanto mayor es la luz, más difícil es que se pueda sintonizar con la energía vibratoria de un espíritu.

No es tu caso, pero si tuvieses miedo no volverías a tener esa experiencia. Es lo que le ocurre a las personas que tienen sus primeros sueños lúcidos o sus primeras salidas  astrales. Viven unas experiencias tan vívidas, lúcidas y reales que sus emociones les traicionan y regresan rápidamente a su estado de vigilia. 

Ten en cuenta que:

- Cuando alguien ve un fantasma no es de una persona viva (en el sentido de vida biológica). Es lo mismo que ocurre en las experiencias fuera del cuerpo (OBEs), al final del túnel se suelen encontrar familiares que ya habían transitado. Con esto quiero que te des cuenta de que existe una gran diferencia entre un sueño ordinario donde hay vivos con muertos y otras experiencias de videncia donde sólo hay gente que ya ha fallecido

- Para ver un espíritu desencarnado (un fantasma) o para percibir sus manifestaciones, la persona debe sintonizar con el espíritu, al igual que cuando sintonizamos los canales de una radio o de una televisión. Por lo tanto, para percibir un espíritu hay que sintonizar con su frecuencia vibratoria. 

- Generalmente para conseguir dicho estado (de conexión con el "más allá") se requiere de: RELAJACIÓN FÍSICA + QUIETUD MENTAL Y EMOCIONALConozco a un señor, Joan, que empezó a canalizar de forma espontánea mientras hacía sus primeras relajaciones en un curso de relajación. 

- Además de la relajación y de la quietud mental, existen invocaciones, rituales y otras prácticas que favorecen el contacto con esas entidades. La ouija no es recomendable. 

- Creer en los espíritus también facilita la conexión, pero no es imprescindible. Mucha gente ha visto espíritus sin creer en ellos.

- Cuando se desarrolla la videncia tipo mediumnidad, existen, básicamente, dos tipos de conexiones, dependiendo del estado de consciencia. O conectas con las entidades del bajo astral (infraconsciencia) o conectas con los Seres de Luz (supraconsciencia). En las primeras lo pasas mal y acabas agotado, y en las segundo lo pasas bien y acabas lleno de vitalidad. 

- El sintonizar con el bajo astral si es puntualmente, si no es de forma repetitiva, no implica que estés "poco evolucionada". Es sencillamente una cuestión de sintonización de frecuencias. 

- Hiciste bien en utilizar el decreto: "Yo Soy la Presencia Todopoderosa y Milagrosa actuando en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo". Ese decreto es el que hizo que el espíritu se fuera. 

- Si volvieses a tener otra videncia de este tipo recuerda que, generalmente, basta con que enciendas la luz (eléctrica) para que el espíritu desaparezca. Pero si quieres que se vaya de una manera más suave, vuelve a utilizar el decreto pero dile también que se vaya hacia la Luz, que la Tierra ya no es su sitio, pero no se te ocurra llamarlo por su nombre. Si lo llamas por su nombre no te lo quitarás de encima porque estarás favoreciendo su apego hacia ti. Cuando te dirijas a él, le puedes llamar "espíritu" o te puedes inventar el nombre, pero no lo llames por su nombre.

- Y, por último, recuerda que los fantasmas son reales como nosotros. Nosotros estamos encarnados en un cuerpo físico (junto con otros cuerpos sutiles - desde el punto de vista de la anatomía oculta - ), mientras que ellos solo están encarnados en los cuerpos más sutiles. Pero tanto ellos como nosotros vivimos en una realidad aparente y sujetos a leyes. 

Albert Einstein era consciente de este hecho cuando dijo: "Reality is an illusion albeit a persistent one". La realidad es una ilusión, aunque (una ilusión) persistente. 

La verdad de la realidad de todo ser, su esencia, es Consciencia - con "s" - (Awareness, no Consciousness). Así, pues, lo único real, lo único que realmente existe es Consciencia, todo lo demás es ilusión. Todo esto cuesta de entender debido a nuestra equivocada interpretación de la realidad. Por eso, es importante desaprender, para aprender de nuevo a percibir la realidad viva, sin futuro, una realidad que siempre está "siendo, existiendo". No hay principio ni final, sólo hay transformación perpetua. 

Un saludo,

Ricard López

Psicoterapeuta y graduado en Medicina Tradicional China




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